miércoles, 11 de mayo de 2011

Hijos de la Diosa

Ser, sentirse o ambas?

Hace días vengo pensando en la verdadera esencia de ser  hijo de la Diosa, ello me ha llevado a buscar una redefinición de mi relación con ella.

Asi fue que busqué una significación mas acertada de esta experiencia que día a día voy viviendo de la mano de la Gran Madre, entonces me dije:

Soy Hijo de la Diosa, pero que implica serlo?

La respuesta no se demoró y obviamente vino de la mano de la misma Madre quer llenó mis sentidos de su Presencia, y comprendí que Ser Hijo de la Diosa para mi es saberla a ella en todo mi ser, presentándose en cada ritual, en cada danza que le entrego, eso es ser hijo de la Gran Madre, sentir como toda ella es uno conmigo.

Siento ser Hijo de la Diosa?

Esta pregunta fua algo mas compleja de responder, pues implica asumir una conducta que va mas allá de la mera adoración a la Gran Madre, sino que significa un compromiso para con ella, una responsabilidad ante la Comunidad a la que pertenezco y la Proclamación del nombre de la Madre.

Pero aún mas allá de esto existe una realidad ineludible al sentirse hijo de la Diosa y es el compromiso de Amor y Unidad que se hace al aceptarla como Madre. Es cierto que no todos estamos hechos de la misma madera y que no siempre estamos dispuestos a asumir estas responsabilidades para con la Gran Madre por ello es que me replanteo mi relación con la Madre, y me digo a mi mismo:

Soy hijo de la Diosa?: si, lo soy porque ella vive en mi, porque ella llena mi ser de la mas pura energía divina. Porque ella es la gran hacedora de mis rituales de adoración en todo momento, porque ella está siempre omnipresente en cada gesto, cada palabra, cada acción mía.

Me siento hijo de la Gran Madre?: pues la respuesta mas que obvia es si, porque asumo la responsabilidad que me corresponde como futuro Sacerdote del Divino Linaje de la Gran Madre; si, lo soy porque acepto y confirmo el compromiso social que implica sentirme hijo de la Diosa y porque acepto desde lo mas profundo de mi ser Proclamar su nombre allí donde yo esté, y dar testimonio de lo que es la Presencia de la Gran Madre en mi vida.
Y finalmente, acepto el compromiso de Amor y Unidad que la Diosa me propone desde su lugar en el centro de mi corazón.

Es por esto que hoy puedo decir con seguridad Soy Hijo del la Diosa y me siento su Hijo...

Bendita sea Amadisima Madre de todos los tiempos,
Benditos sean tus hijas e hijos, que llevan tu nombre en el corazón
Bendita seas, oh mi Gran Madre, por llenar mi vida de Amor.

                                   Marcelo Fabian Avila