jueves, 5 de agosto de 2010

Tarot

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Consejos del Dr. RiscoEn el mundo va aumentando y difundiéndose un gran interés por las antiguas cartas del tarot, usadas como cartas para predecir el futuro. Las sesiones de tarot son solicitadas por los estudiantes, por las amas de casa, por los hombres de negocios, por los que desempeñan profesiones liberales, y por gentes de todas las capas sociales. Quienes creen en el poder adivinatorio de las cartas, las usan para interpretar el pasado, comprender el presente y tener revelaciones sobre el futuro.

El origen del tarot es oscuro. Tal vez, se remonte, como otras cartas de juego, a los tiempos de los antiguos egipcios, desde el momento que los estudiosos han reconocido los arcanos mayores en los jeroglíficos. Por el contrario, otros estudiosos han hablado acerca de notables semejanzas de las cartas de juego con los primeros juegos e ídolos orientales. Por otra parte, no se puede excluir la edad media como la cuna del tarot. No sabemos ni siquiera si los arcanos mayores, con sus dibujos simbólicos y los arcanos menores, con sus bien conocidos cuatro palos, fueron creados por separado y reunidos más tarde en una sola baraja, por cualquier mente genial, o si, por el contrario, nacieron directamente como mazo o baraja de setenta y ocho cartas.

Pero ¿qué es realmente este fascinante y misterioso mazo de cartas, sobre el que tanto se ha escrito? Las setenta y ocho cartas se dividen en dos grupos: veintidós arcanos mayores y cincuenta y seis arcanos menores. Los arcanos mayores comprenden una carta no numerada, el Loco y otras veintiuna cartas, numeradas del I al XXI. Cada uno de los arcanos mayores tiene un título descriptivo y una figura alegórica, que inspira al adivino una historia desarrollada en relación con la secuencia de las cartas. Las figuras alegóricas, aparte escasos retoques han permanecido invariables durante más de cinco siglos.

Las restantes cincuenta y seis cartas de los arcanos menores están subdivididas en cuatro series de catorce cartas cada una,que corresponden a los cuatro palos de un mazo normal de cartas.

HISTORIA Y ORIGEN DEL TAROT

El tarot es una baraja de naipes que a menudo es usada como medio de predicción del pasado, de la situación actual del consultante (presente) y algunas veces del futuro.

Existen muchas versiones, más o menos documentadas, sobre los orígenes del tarot de las que podemos remarcar las dos principales:

La primera nos indica que sus orígenes datan al menos del siglo XIV, no teniendo fundamento llevar sus raíces más atrás en la historia. La técnica adivinatoria se basa en la selección de cartas de una baraja especialmente dedicada a este arte. Una vez realizada la selección, un experto interpreta el sentido de la cartas en relación con el futuro del consultante.
Siguiendo con esa teoría, las primera referencias al tarot aparecen en el Siglo XIV en Alemania y Francia. En estudios realizados por antiguos autores como Eliphas Levis y el Doctor Gerad Encause (Papus) se intenta demostrar la conexión existente entre el tarot y la cábala, así como con el simbolismo egipcio. Sin embargo según plantean los investigadores actuales Daniel Rodes y Encarna Sánchez el origen del tarot habría que buscarlo entre los cataros medievales y la cultura occitana cuya filosofía encaja perfectamente en la idea básica del juego de Tarot. Así, la presencia de una Papisa, la importancia de los personajes femeninos y claras referencias a un cristianismo distinto de la ortodoxia romana harían pensar en un uso original del Tarot como una transmisión de un conocimiento filosófico, si bien con el paso del tiempo pasarían a ser usadas como un sistema adivinatorio. Otros autores afirman que los gitanos en su deambular por los países europeos promovieron el Tarot como un sistema adivinatorio. Por otra parte el juego de Tarot todavía se juega en muchas regiones de Europa incluyendo Francia, Austria, e Italia.

La segunda opinión nos lleva mucho más atrás. Se identifica al Tarot como una baraja compuesta de 78 naipes, cuyo origen se sitúa en el lejano Egipto, que según dicen fue creada por el propio dios Thot. El Tarot y su aplicación en las artes adivinatorias, no solamente sobrevivió al paso de los siglos, sino que su fama fue en aumento desde ese lejano Egipto, pasando por la Edad Media, el Renacimiento, y llegando a nuestros días, siendo usual su práctica en todos los ámbitos de la sociedad, incluso llegando a ser estudiado por psicólogos de la altura de Jung.

Las cartas son simbólicas, y de ahí su capacidad para ser una herramienta de adivinación. Sus simbología se extrae de los jeroglíficos, los personajes míticos, los arquetipos, la numerología, la kábala... Se trata de uno de los métodos de adivinación más antiguos, y como tal, es un verdadero tesoro que permite descifrar un significado oculto en cada una de sus cartas, un significado que se relaciona directamente con estados del alma y circunstancias afines a dichos estados del alma, y que va más allá de los límites espacio-temporales, permitiendo así describir circunstancias tanto presentes, como pasadas, como futuras del consultante.

De acuerdo con lo que ha escrito el psicólogo Jung, cuando se consulta el Tarot lo que se lee es la propia vida del consultante, los símbolos sugieren el significado de su vida. Por ello recogen lo que hay de más inmediato, de más evidente, presentan sus experiencias, reflejan sus propias pasiones, sus deseos inconscientes, ya que los símbolos beben directamente del pozo del subconsciente.